El Santo Rosario

Durante la oración del Santo Rosario se meditan los misterios de nuestra fe Católica. En cada rosario meditamos 5 misterios seguidos cada uno por un Padre Nuestro y diez Avemarías. A continuación un instructivo de cómo rezarlo tomado de rezarelrosario.org:

(Inicio) Por la señal de la Santa Cruz...
1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria por cada misterio

Misterios Gozosos (Lunes y Sábado)

  1. La encarnación del Hijo de Dios.
  2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
  3. El nacimiento del Hijo de Dios.
  4. La Presentación del Señor Jesús en el templo.
  5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.

Misterios Dolorosos (Martes y Viernes)

  1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní.
  2. La Flagelación del Señor.
  3. La Coronación de espinas.
  4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.
  5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

Misterios Gloriosos (Miércoles y Domingo)

  1. La Resurrección del Señor.
  2. La Ascensión del Señor.
  3. La Venida del Espíritu Santo.
  4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
  5. La Coronación de la Santísima Virgen.

Misterios Luminosos (Jueves)

  1. El Bautismo en el Jordán.
  2. La autorrevelación en las bodas de Caná.
  3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
  4. La Transfiguración.
  5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.

(Jaculatoria) María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran señora, no te olvides de nostros en aquella última hora. Oh, Virgen Santísima.

Oh Jesús mío perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva todas las almas al Cielo, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.

(Hasta el final antes de las letanías) Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva, a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.